El uso intensivo de las pantallas modifica nuestra ergonomía y a largo plazo podría incluso alterar la fisionomía del ser humano.
El estudio "how tech afects our bodies" ha analizado éste impacto y como resultado nace Mindy una modelización del ser humano en el año 3.000 asumiendo el impacto a largo plazo del uso intensivo de la tecnología.
Estas son algunas de sus principales características:
Jorobados; ésta es quizás una de las consecuencias más evidentes ya que se ha demostrado que ajustamos constantemente nuestra posición para mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura. La cronificación de estos movimientos "no naturales" tendrá impacto en nuestra espalda.
Manos agarrotadas "por defecto": vinculadas a mantener el teléfono constantemente en la mano por largos periodos de tiempo es uno de los motivos de la aparición del sindrome del túnel del codo (cubital tunnel syndrome) que oprime los nervios de la mano y provoca su agarrotamiento.
Codo en 90º: asociado a la cronificación de la postura de consulta del teléfono.
Modificación de las medidas del cráneo y cerebro; cada vez delegamos en nuestros dispositivos más acciones que antes hacían nuestro cerebro (acordarse de una ruta, de los números de teléfonos importantes, calculadora, traducción de textos...) a largo plazo el cuerpo podría ajustar el tamaño cerebro para evitar dedicar energía a un organo 'infrautilizado'.
Cuello más grueso "tech-neck"; Cuando está trabajando en una computadora o mirando su teléfono, los músculos en la parte posterior del cuello tienen que contraerse para mantener la cabeza erguida. Cuanto más mires hacia abajo, más duro tendrán que trabajar los músculos para mantener la cabeza erguida.
Cambios oculares para el filtrado de la luz azul; el ojo humano está expuesto a radiaciones por parte de las pantallas, a largo plazo puede adaptarse a ello desarrollando una protección natural.
Salvando las distancias, y teniendo en consideración que el estudio plantea estos cambios para el ser humano del año 3000... si es cierto que a pesar de ello sí debería ser un toque de alerta sobre la importancia de mantener hábitos fisiológicos saludables cuando utilicemos nuestras pantallas.
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